Segregar en las aulas no es educar en igualdad.
En una contradicción. Los centros educativos que segregan a los alumnos por sexo están obligados a reforzar la educación en igualdad. ¿No sería más sencillo que el alumnado conviviera en igualdad y ahorrarse ese esfuerzo? No lo ve así ni el Partido Popular ni la mayoría conservadora del Tribunal Constitucional, que ha zanjado la larguísima batalla legal en favor de que esos centros —habitualmente religiosos— puedan percibir subvenciones públicas porque no vulneran el principio de igualdad. Separar a los niños de las niñas, en definitiva, según el alto tribunal, es plenamente constitucional. El camino queda expedito, pues, para todos aquellos que, con dinero público, seleccionen a sus alumnos por nivel social, creencia religiosa o color de piel. La aberración está servida.
Cañas. G (2018, 17 de mayo). Segregar en las aulas no es educar en igualdad. El País.
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